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miércoles, 29 de junio de 2011

A sus ojos asoman dos lágrimas, permanecen suspedidas durante unos segundos y a continuación se deslizan por sus mejillas. Qué dulce era. Qué diferente era todo. Cuántas ganas de sorprender, de estar juntos, de quererse. Éramos espaciales. Creíamos que eramos únicos, el uno para el otro. Nosotros. Los demás quedaban en segundo lugar. El mundo. ¿Y ahora? ¿Adónde ha ido a parar todo eso?¿Dónde se ha perdido?¿Por qué me siento así? Sigue leyendo las hermosas palabras que él escribió hace tantos años sin dejar de llorar. Pensando en su larga historia, en la primera vez que lo vio. En lo mucho que le gustó. Era guapísimo.Y le parece imposible que todo haya cambiado tanto.

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