Todo está colocado. Y no sabes cuanto me jode no poder descolocarlo. "Contrólate, porfavor" "Sientate, trágate tu orgullo" "Eres más que cualquier sentimiento de rabia, no puedes dejar que pueda contigo" Y me controlo. Aunque me joda, me controlo. Ya ha pasado la rabia. Ahora empieza el odio. Odio amargo, silencioso. Odio que durará unas horas, alomejor unos días. Incluso puede durar semanas, pero más o menos te tranquilizarás. La cosa es que ese odio no queda en el olvido, ese odio es un momento determinado, pero se guarda. Se guarda junto a todos esos "pequeños" momentos de rabia acumulados desde hace ya tanto tiempo. "Aquí, ojo por ojo, diente por diente" ¿Recuerdas? ¿Recuerdas lo qué me dices?
Tú me enseñaste a ser así, y así voy a ser. Y algún día las pagarás.
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